La primera vez que escuché hablar de los chaneques fue en una visita guiada a los llamados baños de Nezahualcóyotl, el arqueólogo nos detuvo frente al baño de la Reina, una fosa de agua donde se observa una rana destrozada por el paso del tiempo y de los maleantes.
El arqueólogo comentó que esa fosa tenía originalmente tres ranas que representaban la
triple alianza. Preguntó a los presentes quién había visto las tres ranas enteras de esa fosa en alguna visita anterior, varias personas levantaron la mano tímidamente, el arqueólogo les dijo:
- Seguramente cuando vieron las ranas completas tenían menos de 11 años.
Los que habían levantado la mano contestaron que así había sido inmediatamente.
El arqueólogo sonriendo les dijo:
- Felicidades, ustedes fueron tocados por los chaneques.
Se escucharon algunas exclamaciones de sorpresa mientras los demás nos quedamos con la duda. ¿Qué eran los chaneques? ¿Por qué se emocionaron tanto algunos al escuchar su nombre?
El arqueólogo al ver la duda reflejada en algunos de nosotros contestó:
- Los chaneques son pequeños hombres y mujeres que cuidan los bosques, a los montes, la naturaleza y los animales silvestres.
Estos seres habitan nuestra tierra desde tiempos prehispánicos donde se les consideraba
como seres buenos que protegen y velan por los
ecosistemas.
Según nos comentó, los chaneques tienen la capacidad de mostrar a los niños que son inocentes aún, como eran anteriormente los bosques, los lagos y los lugares emblemáticos.
En la región de Texcoco los lugareños los nombran los charritos porque dicen que les gusta vestirse con colores muy llamativos y algunos ponen un tipo de botones de lámina en su ropa que hacen que suenen cuando caminan. Les gusta jugar con los niños y los protegen.
Para concluir nos dijo que existen estudios muy serios sobre estos seres.
Por supuesto fue tanto el impacto que causó en mi estar frente a testigos de este hecho insólito que inmediatamente me puse a investigar. Tristemente me di cuenta que existe muy poca información sobre este tema.
Los chaneques
"Ser mítico de los antiguos nahuas. Los aztecas creían en unos seres llamados Ohuican Chaneque, que quiere decir “dueños de los lugares peligrosos” o “dioses silvestres”, que cuidaban de los manantiales, los ríos, los árboles y los animales silvestres. Estos seres podían atacar a los intrusos que llegaban a las llanuras, las barrancas o los bosques habitados por ellos. Al atacarlos les sacaban una de sus almas, llamada Tonalli. Los antiguos nahuas creían que cada ser humano poseía varias almas, entre ellas el Tonalli, fundamental para la existencia. Los chaneques capturaban el alma del sorprendido y la encerraban en la profundidad de la tierra. Si la víctima no la recuperaba por medio de un ritual específico, enfermaba y moría al poco tiempo".
Así que con tan poca información documentada, no me quedó más que ir a preguntar a los habitantes de los poblados de las montañas de mi comunidad.
"Los chaneques son los cuidadores de los bosques son muy celosos de su trabajo, si vamos a recolectar hongos o madera seca al monte tenemos que llevar dulces y comida, se las vamos dejando en el camino para que ellos nos den permiso de recolectar y no nos hagan travesuras.
Cada tres de mayo el granicero (persona que tiene el don de controlar la lluvia) les lleva una ofrenda de comida: pequeños tamales, arroz, mole con pollo, barbacoa, fruta, pero sobre todos dulces que es lo que más les gusta para que los chaneques hagan llover y sean buenas las cosechas".
Los habitantes de las montañas están plenamente convencidos de la existencia de esos seres mágicos.
Un día platicando con mi primo me comentó que su papá vivió su niñez en la zona de la huesteca de Hidalgo en Jaltocán.
Tenía mi tío once años cuando fue a una fiesta de un pueblo vecino llamado Cuapaxtitla, desgraciadamente con la alegría de la fiesta no se dio cuenta de la hora y regresó ya muy noche a su pueblo, así que por el temor de que su madre lo golpeara por llegar tarde prefirió dormir en la puerta de la presidencia de su pueblo, entre sueños de pronto sintió que alguien lo tocaba de manera insistente, cuando despertó se llevó el susto de su vida al ver a un chaneque que lo miraba fijamente. Obviamente mi tío corrió lo más veloz que pudo sin parar hasta su casa, poco le importó que su madre lo golpeara, era más grande el miedo que le dio ese pequeño duende.
Lo triste de esta historia es que yo hace tiempo ya que perdí la oportunidad de ver a este mítico ser.
El arqueólogo comentó que esa fosa tenía originalmente tres ranas que representaban la
triple alianza. Preguntó a los presentes quién había visto las tres ranas enteras de esa fosa en alguna visita anterior, varias personas levantaron la mano tímidamente, el arqueólogo les dijo:
- Seguramente cuando vieron las ranas completas tenían menos de 11 años.
Los que habían levantado la mano contestaron que así había sido inmediatamente.
El arqueólogo sonriendo les dijo:
- Felicidades, ustedes fueron tocados por los chaneques.
Se escucharon algunas exclamaciones de sorpresa mientras los demás nos quedamos con la duda. ¿Qué eran los chaneques? ¿Por qué se emocionaron tanto algunos al escuchar su nombre?
El arqueólogo al ver la duda reflejada en algunos de nosotros contestó:
- Los chaneques son pequeños hombres y mujeres que cuidan los bosques, a los montes, la naturaleza y los animales silvestres.
Estos seres habitan nuestra tierra desde tiempos prehispánicos donde se les consideraba
como seres buenos que protegen y velan por los
ecosistemas.
Según nos comentó, los chaneques tienen la capacidad de mostrar a los niños que son inocentes aún, como eran anteriormente los bosques, los lagos y los lugares emblemáticos.
En la región de Texcoco los lugareños los nombran los charritos porque dicen que les gusta vestirse con colores muy llamativos y algunos ponen un tipo de botones de lámina en su ropa que hacen que suenen cuando caminan. Les gusta jugar con los niños y los protegen.
Para concluir nos dijo que existen estudios muy serios sobre estos seres.
Por supuesto fue tanto el impacto que causó en mi estar frente a testigos de este hecho insólito que inmediatamente me puse a investigar. Tristemente me di cuenta que existe muy poca información sobre este tema.
Los chaneques
"Ser mítico de los antiguos nahuas. Los aztecas creían en unos seres llamados Ohuican Chaneque, que quiere decir “dueños de los lugares peligrosos” o “dioses silvestres”, que cuidaban de los manantiales, los ríos, los árboles y los animales silvestres. Estos seres podían atacar a los intrusos que llegaban a las llanuras, las barrancas o los bosques habitados por ellos. Al atacarlos les sacaban una de sus almas, llamada Tonalli. Los antiguos nahuas creían que cada ser humano poseía varias almas, entre ellas el Tonalli, fundamental para la existencia. Los chaneques capturaban el alma del sorprendido y la encerraban en la profundidad de la tierra. Si la víctima no la recuperaba por medio de un ritual específico, enfermaba y moría al poco tiempo".
Así que con tan poca información documentada, no me quedó más que ir a preguntar a los habitantes de los poblados de las montañas de mi comunidad.
"Los chaneques son los cuidadores de los bosques son muy celosos de su trabajo, si vamos a recolectar hongos o madera seca al monte tenemos que llevar dulces y comida, se las vamos dejando en el camino para que ellos nos den permiso de recolectar y no nos hagan travesuras.
Cada tres de mayo el granicero (persona que tiene el don de controlar la lluvia) les lleva una ofrenda de comida: pequeños tamales, arroz, mole con pollo, barbacoa, fruta, pero sobre todos dulces que es lo que más les gusta para que los chaneques hagan llover y sean buenas las cosechas".
Los habitantes de las montañas están plenamente convencidos de la existencia de esos seres mágicos.
Un día platicando con mi primo me comentó que su papá vivió su niñez en la zona de la huesteca de Hidalgo en Jaltocán.
Tenía mi tío once años cuando fue a una fiesta de un pueblo vecino llamado Cuapaxtitla, desgraciadamente con la alegría de la fiesta no se dio cuenta de la hora y regresó ya muy noche a su pueblo, así que por el temor de que su madre lo golpeara por llegar tarde prefirió dormir en la puerta de la presidencia de su pueblo, entre sueños de pronto sintió que alguien lo tocaba de manera insistente, cuando despertó se llevó el susto de su vida al ver a un chaneque que lo miraba fijamente. Obviamente mi tío corrió lo más veloz que pudo sin parar hasta su casa, poco le importó que su madre lo golpeara, era más grande el miedo que le dio ese pequeño duende.
Lo triste de esta historia es que yo hace tiempo ya que perdí la oportunidad de ver a este mítico ser.
Gracias de haber publicado la historia de los Chaneques , viví en México , y estoy olvidando muchas de las leyendas que tienen ellos. De nuevo Mil gracias
ResponderBorrarYo sé que los chaneques habitan en Yucatán. En Puerto Progreso han sido vistos y son muy conocidos.
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