Un día caminaba por estas calles de Dios con un grupo de
amigos. Uno de ellos, Adolfo, nos comentó:
- Miren
en esta calle mataron a Julio Antonio Mella quien fue un dirigente
Seguramente él vio en mi rostro que no tenía idea de quien
me hablaba, así que continuó:
- Era
pareja de Tina Modotti, a ella si la conoces. Era una fotógrafa italiana que se
enamoró de México.
-Por supuesto
que la conozco respondí. Y era verdad, la había visto en la película sobre la vida
de Frida Kahlo y por algunas fotografías pero no más.
Como mi rostro seguía con cara de interrogación me comentó
algunos aspectos de la vida de Tina. Lo hacía con una voz profundamente
emocionada, sus ojos brillaban mientras describía sus fotografías, su vida, sus amores, sus
ideales. Fue tanta la pasión que imprimía en sus palabras que me contagió y
me propuse investigar sobre la vida de
ella.
Assunta Adelaide Luigia Modotti
Tina Modotti.
Obrera, modista, actriz de cine mudo en Hollywood, fotógrafa, modelo, activista política,
miembro del Socorro Rojo durante la Guerra Civil Española, amiga de los
intelectuales de su época. Una mujer extraordinaria, con sensibilidad a flor de
piel además de una personalidad fuerte y de una belleza serena.
Nace en Italia en el seno de una familia humilde. A los 12
años tiene que trabajar como obrera, a sus 16 viaja a los Estados Unidos donde
trabaja como modista, modelo y actriz, desempeñaba cualquier trabajo que
pudiera hacerle ganar dinero para ayudar a su familia.
Llega a México de la mano de Edward Weston, un fotógrafo
norteamericano poco conocido. Ella una chiquilla 10 años menor que él se
convierte en su amante después de ser su modelo, alumna y asistente.
Tina inmediatamente se enamora de la cultura mexicana, de
los juguetes, de la comida, se interesa por la vida de los indígenas y campesinos
dedicándose a fotografiarlos plasmando su verdadera esencia. Además fotografía
objetos, juega con las formas, con las luces y sombras, la alumna supera al maestro,
sus fotografías tenían una magia que el mismo Weston reconoció. El romance con Edward dura sólo cuatro años. Él regresa solo a los Estados Unidos
ya que Tina decide quedarse en el país que tanto quiere.
Hace amistad con los muralistas: Diego Rivera, Orozco y
Siqueiros. Fotografía sus obras, posa para varios de ellos y es ahí cuando
según algunos autores afirman comienza su periodo como militante comunista. La
verdad es que sus ideales nacieron con ella en Italia donde vivió y conoció el
hambre y el frío. Fue en ese momento cuando sus imágenes fueron adquiriendo un
cariz político de denuncia.
En 1928 conoce a Julio Antonio Mella dirigente comunista
cubano con una larga trayectoria revolucionaria contra la dictadura de Machado
en Cuba. Mella refugiado en México juega un papel muy importante en la
reorganización del Partido Comunista de este país.
Él tiene 25 años, es casado y padre de una pequeña hija que
lo espera en Cuba. Modotti tiene 32 y es pareja de Xavier Guerrero, pintor
pionero del muralismo y miembro del Partido Comunista que en ese momento se
encuentra en Moscú.
Es en la redacción del diario "El machete" donde
se da el flechazo entre los dos. El tigre como llamaban en Cuba a Mella por su
fiera belleza de mestizo, llena con su sensual presencia la sala de redacción,
su mirada penetrante se posa sobre Tina mientras ella observa el perfil griego
de él y mira disimuladamente el cuerpo atlético de aquel hombre. Cuando son
presentados él sonríe y le platica las anécdotas de su vida.
En el mes de julio, Mella le propone a Tina ser pareja. Ella
no cede tan fácilmente. Después de dos meses de cortejo, en septiembre, Tina
por fin decide escribir a Xavier lo que ella define como la carta más dolorosa
de su vida: “He conocido a un hombre maravilloso…”, le confiesa al artista y le
anuncia la ruptura de relaciones. Guerrero le responde con un telegrama
diciendo simplemente adiós.
En ese momento la fotógrafa se entrega en cuerpo y alma a
Julio. Cuatro meses duraría su historia de amor.
El 10 de enero de 1929 Julio sale de la cantina “La India”
ubicada en el centro histórico de la Ciudad de México encontrándose con Tina en
el camino, la toma del brazo mientras platican caminando rumbo a su casa. En la
calle Abraham González esquina con Morelos a las 9 de la noche de ese mismo día,
matan a Julio de dos balazos en la espalda. Así como él mismo lo había presagiado
en una declaración: “No le tengo ni un ápice de miedo a la muerte, lo único que
siento es que me van a asesinar por la espalda”.
Las últimas palabras de este célebre revolucionario cubano fueron:
“Muero por la revolución”.
Por suerte Tina se salva pero tiene que pasar por el
tormento de los interrogatorios policiacos donde la quieren inculpar por el asesinato
argumentando un crimen pasional. La prensa se ensaña y la desprestigia
escandalosamente nombrándola la Mata Hari mexicana.
Entre los interrogatorios y sin una lágrima en el rostro
cansado Tina pide le permitan tomar una última foto a su amado.
La muerte había respetado el hermoso rostro de Julio, su semblante
revela paz y una leve sonrisa.
Mella fue enterrado con honores. El cortejo fúnebre constaba
de alrededor de quinientas personas entre los que había representantes de más
de treinta agrupaciones políticas quienes seguían a la comitiva encabezada por
Diego Rivera, el diputado Manuel Almanza, el senador Úrsulo Galván, Tina
Modotti por supuesto, entre otros personajes reconocidos de la política
mexicana.
Desde las 11 de la mañana empezó el camino del cortejo rumbo
al Panteón de Dolores, caminaron por las
calles de Madero, Paseo de la Reforma, la Calzada de Tacubaya y finalmente la
carretera a Toluca. Durante el camino se escuchó a Diego Rivera gritar: ¡Viva
Mella! También en el trayecto cientos de voces entonaron la canción "La Internacional".
Al llegar al panteón, varios oradores hicieron uso de la
palabra conformando fuertes ataques al gobierno cubano.
Después de dos semanas de interrogatorios Tina regresa a su
casa para encontrar todo revuelto: sus libros, fotografías, ropa. En fin, todo.
Tratando de sobreponerse a la muerte de Julio viaja a
Tehuantepec para retomar su pasión: la fotografía.
El 5 de febrero de 1930 empieza en México una cacería de
comunistas debido a un atentado en contra del presidente Pascual Ortiz Rubio. Modotti fue encarcelada y después expulsada de
México. Deja su México que tanto amaba.
Se refugia en Europa donde abandona para siempre la fotografía. Vivió en España y en carne propia las
batallas de la guerra civil donde sirvió de enfermera en las filas de la
resistencia. Rescatando niños heridos en los bombardeos, dispuesta a dar su
vida para rescatarlos. Puso todo su empeño para sacar adelante al Hospital
Obrero situado en Madrid donde estuvo al cuidado de "La Pasionaria"
durante cinco días críticos. Muchos combatientes murieron en sus brazos, sus
hermosas manos ya no tomaban fotos ahora cerraban los ojos de esos valientes.
En 1939 regresa a México de la mano de Carlos Vittorio Vidali
con el sobrenombre de María Sánchez. Regresa para continuar en la lucha aunque
ya cansada y avejentada por la difícil situación
que vivió en España.
Regresa a morir de una manera extrañamente sospechosa. Muere
en un taxi de un ataque cardiaco cuando iba de regreso a su casa. El 6 de enero
de 1942 es sepultada en la sección más pobre del Panteón de Dolores, en su
lápida se pueden leer algunas estrofas de un poema de Pablo Neruda.
Y así fue que al querer saber acerca de la vida de Tina
Modotti conocí a Julio Antonio Mella, un hombre guapo, excelente orador,
revolucionario, escritor, admirado por grandes líderes a pesar de su corto paso
por este mundo.
Dos personajes que seguramente caminan aún en nuestros días tomados
de la mano por las calles de la Ciudad de México.
que suerte tubo de amar a México y vivir-lo al lado de los artistas del momento irse y regresar a morir en las tierras que amo
ResponderBorrarAsí es José, muy afortunada Tina de conocer nuestra tierra sagrada. Así es México, se da a querer con quien lo conoce.
BorrarGracias por tu comentario y te invitamos a leer y compartir con tus seres queridos este y nuestros siguientes artículos semanales.
Bonita historia de una mujer revolucionaria. Gracias por publicarla
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