Este doce de diciembre veremos ríos de personas dirigiéndose al cerro del Tepeyac para venerar a la Virgen de Guadalupe, a "La Morenita" como se le llama con cariño. Una peregrinación que se lleva a cabo desde hace más de 500 años, ya que antes de la llegada de los españoles los pobladores de la antigua Anáhuac subían al cerro del Tepeyac, uno de los centros ceremoniales más importantes de su época, para rendir tributo a una diosa, a Tonantzin, que en náhuatl significa: nuestra madre venerada. Un término con que se designaba a distintas deidades femeninas, principalmente Coatlicue, Cihuacóatl y Teteoina. Una vez llevada a cabo la conquista, los españoles prohibieron toda clase de adoración a ídolos falsos como ellos los llamaron. Los frailes franciscanos iniciaron una ardua labor de adoctrinamiento al que algunos indígenas se resistieron. Tenemos que resaltar que de manera muy inteligente los indígenas escondían las figuras que representaban a sus deidades abajo de
Crónicas de la historia de México bajo una mirada curiosa, apasionada, sensible y divertida.